Historia de Tuluá: Fundación.
Fundación y Época Precolombina
La historia de Tuluá se remonta a tiempos ancestrales, cuando el territorio estaba habitado por los indígenas Quimbayas, un grupo que formaba parte de la vasta red de culturas precolombinas en el Valle del Cauca. Los Quimbayas eran conocidos por su avanzada habilidad en la orfebrería, la cerámica y la agricultura, características que los destacaban entre las culturas prehispánicas.
Estos pueblos indígenas vivían en aldeas organizadas y tenían una estructura social jerárquica. Sus conocimientos agrícolas les permitieron cultivar maíz, fríjoles, yuca y otros productos que eran básicos en su dieta. La vida comunitaria y las prácticas religiosas giraban en torno a la naturaleza, y los Quimbayas desarrollaron una profunda conexión con su entorno.
En 1536, el conquistador español Sebastián de Belalcázar llegó al Valle del Cauca durante sus expediciones en busca de nuevas tierras y riquezas. Belalcázar es conocido por haber fundado ciudades importantes en Colombia como Cali y Popayán. Aunque no existen registros específicos que confirmen que Belalcázar fundó formalmente Tuluá, su llegada a la región marcó el comienzo de una nueva era para sus habitantes.
Acta de Fundación
En 1635, tras las expediciones de conquista española lideradas por el capitán Juan de Lemos y Pedro Antonio Aguirre, se realizaron las primeras capitulaciones de tierras en el valle del Tuluá con el gobernador Luis de Valenzuela Fajardo. Lemos y Aguirre recibieron mercedes de tierra en esta zona para establecer estancias y hatos ganaderos que proveyeran de alimentos a los conquistadores. Aunque no existe un acta de fundación oficial de la corona española, se adoptó el 24 de agosto de 1639 día de San Bartolomé Apóstol, como el inicio del fundo de Tuluá porque en los archivos históricos de Buga reposa una carta enviada por don Juan de Lemos, propietario de las tierras entre los ríos Tuluá y Morales, y en aquel entonces alcalde de Buga, solicitando permiso para abrir el camino a Barragán hoy en día corregimiento de Tuluá que conectaría los valles de los ríos Cauca y Saldaña con la región del Tolima. En ese documento se habla del "Fundo de Tuluá", lo que significa a todas luces que para ese entonces la primigenia fundación ya estaba hecha y alrededor de los trapiches del señor Lemos se estaba cuajando la nueva población. Este evento marcó el inicio del asentamiento europeo en la región y el establecimiento de estructuras sociales, políticas y económicas que transformarían la vida en el valle.Origen de la palabra Tuluá
Tuluá fue fundada a orillas del río que lleva su nombre y que es de indudable origen Pijao. Algunos historiadores han escrito sobre la creencia de que los indígenas que habitaban ese sitio eran llamados los "Tolúes", pero posteriores estudios de la conformación de los indios Pijao y la similitud de nombres en la zona paralela sobre el valle del río Magdalena, hacen posible comprobar que la terminación "luá" con el prefijo en la gramática Pijao "tu" significaría "tierra del mas allá".
Don Guillermo E. Martínez en su primera Monografía de Tuluá, publicada en 1.911, dice al respecto:
“Tuluá (antiguamente Tulúa) es una voz indígena cuya significación no es conocida. Ha habido quienes afirman que significa “Tierra Fácil” y esto guarda alguna analogía con el nombre de “tulú”, proveniente de "tulúa”, que los indios paeces dan al plátano que se produce en abundancia y de la mejor calidad en las tierras del Distrito”.
Desarrollo
El congreso de 1.824, por decreto del 23 de Junio, coloca a Tuluá como uno de los Cantones de la Gran Provincia de Popayán. Solo en 1.825, tras los hechos de la independencia que incluyeron la instalación temporal del cuartel general del General Joaquín París en la villa en 1819, obtuvo su autonomía y gozó de esa calidad. Desde entonces se consideró Municipio, porque el 30 de mayo de ese año se reunió el primer Concejo Municipal, compuesto por los siguientes ciudadanos:
- José Vicente Ramírez.
- José María Lozano y Victoria.
- José Joaquín de Llanos.
- Francisco Miguel Medina.
- Francisco José de Rojas.
- José Antonio Correa.
- Ignacio Corrales.
Tuluá no figura dentro del grupo de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca, porque en la época que estas promovieron los actos patrióticos de insurgencia contra el gobierno español. aún dependía civilmente de Buga. Pero ciudadanos tulueños si atendieron al llamado de la Patria, y así en febrero de 1.811 concurrieron en representación de los vecinos de esta población, a la Junta que se reunió en Buga, los señores Joaquín de Victoria y Pedro Pablo de la Cruz y allí prestaron juramento de obediencia y lealtad al Gobierno de las Ciudades Confederadas.
La ley 20 del 21 de diciembre de 1.857, expedida por la Asamblea Departamental del Estado Soberano del Cauca creó la Provincia de Tuluá, designando a Tuluá como Capital. Quince años mas tarde la Constitución del Estado, expedida en Popayán el 3 de septiembre de 1.872, en su articulo 6° dividió el Estado en Municipios y estos en Distritos y se enumeró a Tuluá entre los primeros, es decir, como Municipio.
La vida de Tuluá ha estado ceñida a su río. El primer fundo, a orillas de sus aguas, estuvo fijado en el sitio de Palomestizo, en los alrededores del actual aeropuerto de Farfán, por donde entonces corría el río. En 1875, debido a los cambios de curso del río, la ciudad se vio obligada a trasladarse a su asentamiento definitivo, constituyéndose el Parque de Boyacá como su eje urbano central y se construye por fin la iglesia de San Bartolomé. En 1.730 Tuluá era parroquia.
Tuluá se convirtió en municipio del departamento del Valle del Cauca en 1910, al separarse esta región del Estado Soberano del Cauca y crearse la entidad territorial con Cali como capital.
Dos son las características de Tuluá durante este periodo de formación lento. La primera, que fue una ciudad que no se dio alrededor de un parque principal o de una plaza mayor como la mayoría de las ciudades de la estructura hispánica. La segunda, que por la misma razón o por algunas otras que los historiadores no han descifrado, solo vino a tener iglesia parroquial a finales del siglo XIX, pese a tener cura doctrinero desde el siglo XVII. La Iglesia de San Bartolomé.
Colonialismo y Crecimiento
Durante el período colonial, Tuluá se consolidó como un importante centro agrícola. La región era conocida por su producción de caña de azúcar, que se convirtió en el motor económico del área. Las haciendas azucareras surgieron en todo el valle, y la producción de azúcar se convirtió en una actividad lucrativa que atrajo a muchos colonos y trabajadores.
La influencia de la Iglesia Católica también fue significativa durante este tiempo. Se construyeron iglesias y conventos que no solo servían como centros de culto, sino también como centros de poder e influencia en la comunidad. La religión desempeñó un papel crucial en la vida cotidiana y en la conformación de la identidad cultural de los habitantes.
El siglo XIX trajo consigo importantes cambios con la llegada del ferrocarril, que conectó Tuluá con otras partes del país. Este desarrollo facilitó el comercio y el transporte, permitiendo a Tuluá expandir su economía y aumentar su población. El ferrocarril no solo mejoró las condiciones económicas, sino que también contribuyó a la modernización de la ciudad.
Siglo XX y Modernización
A lo largo del siglo XX, Tuluá continuó su camino hacia la modernización y el crecimiento. La ciudad se vio beneficiada por la construcción de infraestructuras modernas, como carreteras, puentes y sistemas de alcantarillado. Estos desarrollos mejoraron la calidad de vida de los habitantes y fomentaron el crecimiento económico.
Durante este período, Tuluá diversificó su economía. Aunque la producción de azúcar seguía siendo importante, otras industrias comenzaron a desarrollarse. La agricultura se diversificó con la producción de café, frutas y hortalizas, y se establecieron nuevas empresas en sectores como el textil y la manufactura.
El crecimiento urbano también trajo consigo desafíos. La rápida urbanización y el incremento de la población llevaron a la necesidad de mejorar los servicios públicos y de planificar adecuadamente el desarrollo urbano. A pesar de estos desafíos, Tuluá logró mantenerse como un centro vibrante y en crecimiento en el Valle del Cauca.
Personajes y Eventos Clave en la Historia de Tuluá
La historia de Tuluá está llena de personajes y eventos clave que han marcado su desarrollo. Entre ellos, se destaca la figura de Juan María Céspedes, un reconocido botánico y científico del siglo XIX. Céspedes es conocido por sus contribuciones a la clasificación de la flora colombiana y su trabajo en el campo de la botánica es altamente valorado.
Otro personaje destacado es Gerardo Mallarino, un importante político y diplomático que desempeñó un papel crucial en la política colombiana a principios del siglo XX. Nacido en Tuluá, Mallarino fue embajador de Colombia en varios países y ocupó diversos cargos públicos. Su trabajo y legado han dejado una huella duradera en la historia política del país.
Eventos Históricos
En el ámbito cultural, la creación de la Feria de Tuluá en 1954 marcó un hito importante. Esta feria, que se celebra anualmente en junio, se ha convertido en una de las festividades más importantes de la región, atrayendo a miles de visitantes y destacando la rica cultura y tradiciones de Tuluá.
En términos de infraestructura, la construcción del puente sobre el río Tuluá en el siglo XX fue un evento significativo que mejoró la conectividad y facilitó el comercio y el transporte en la región.
Desarrollo Moderno
En las últimas décadas, Tuluá ha experimentado un continuo crecimiento y desarrollo. La ciudad ha trabajado en la modernización de su infraestructura, con la construcción de nuevos proyectos urbanísticos, la mejora de los servicios públicos y la promoción del desarrollo económico sostenible. Estos esfuerzos han convertido a Tuluá en una ciudad moderna y dinámica, con un futuro prometedor.
La educación y la cultura también han sido áreas de enfoque importantes. Se han establecido nuevas instituciones educativas y culturales que han contribuido al desarrollo intelectual y cultural de la comunidad. Además, la ciudad ha promovido el turismo cultural y ecológico, destacando sus riquezas naturales y su patrimonio histórico.
En resumen, la historia de Tuluá es un testimonio de su resiliencia, su capacidad de adaptación y su espíritu emprendedor. Desde sus humildes comienzos como una aldea indígena hasta convertirse en una vibrante ciudad moderna, Tuluá ha recorrido un largo camino, y su historia continúa evolucionando a medida que enfrenta nuevos desafíos y oportunidades en el siglo XXI.